Campaña Share a Coke de Cola Cola |
Por estos días, con el afán de reinventar aún más el caprichoso
y novísimo vocabulario del Branding, se
hablan de marcas “cool”; aunque no tiene
una traducción literal, podría significar una marca que “siempre está de moda”,
es “chévere” o, simplemente, “super bacán”.
Fascinante, como siempre, el tema de las marcas : su posicionamiento en
las masas (Al Ries y Jack Trout en 1972),
Kevin Keller también enfatiza, por estos días, la importancia de la Cadena de Valor
de las Marcas en su libro “Administración de Marcas”, Philip Kotler habla de los “Puntos de contacto
(encuentros) de marca” y el autor Manuel
Marín García de Arquitectura de Marcas en su libro del mismo nombre; pero ¿qué
hay de nosotros (clientes o consumidores) los que realmente tenemos “puntos de
contactos” con ellas? ¿Cómo nos conectamos con ellas? ¿Todas las marcas son
importantes? ¿Todas nos tienen que parecer “cool”? ¡Creo que no!; entonces ¿qué
es una marca “cool”?
En primer lugar, me pregunto si es lo mismo pensar: “esa marca es cool para mí” ó “ummm…esa marca me parece cool” Hay diferencias. Una marca es “cool” (para mí) cuando estoy conectado emocionalmente con ella (1), la consumo frecuentemente (2) (más aún si es todos los días), es importante para mí (3), me divierto (4), me siento bien con ella (5), y, finalmente, me genera emociones y experiencias gratas (6).
En cambio, pensar: “ummm…esa
marca me parece cool”, es cuando, quizás, la has comprado o consumido en algún
momento (una, dos, tres, cuatro veces), pero, ahí, quedó. ¿Es realmente importante
para mí?, no lo es. ¿Qué pasa si te gusta, y en un futuro cercano esperas
comprarla? Sería decir algo así: “Me cae bien pero todavía no me la han
presentado”. Entonces, aquí lo “cool” está en una dimensión ajena y
desconocida. A continuación les ilustraré cuáles son mis “Puntos reales de
contacto” (durante la semana) con las
marcas que son totalmente “cool” y que reúnen, dicho sea de paso, las
características anteriormente mencionadas.
Altomayo |
Contacto de apertura: cuando me despierto lo primero que se me viene a la cabeza (no es la agenda que tengo que desarrollar durante el día) sino en tomarme rápidamente dos grandes tazas de café para terminar ‘de despertarme y despejarme’ placenteramente. ¿Qué marca de café? ¡Altomayo! La consumo hace 8 años y no la cambio por nada (como decía un eslogan por ahí). Me encanta su sabor y aroma; y me podría tomar hasta 10 tasas grandes durante una jornada laboral (el café tienen antioxidantes y es buena para la salud). Estoy conectado emocionalmente y la consumo todos los días (1 y 2).
Segundo contacto: Mientas el café hace su trabajo, prendo mi
laptop y seguidamente ingreso a las páginas
que todos los días agregan valor a mi trabajo: Facebook y Google: chequeo si
hay algo que responder en el primero y
veo mis estadísticas en el segundo. Esto se repite hasta 10 veces durante el
día ¡Esto es importante! (3)
Tercer contacto: hoy tengo una jornada larga y quiero una
camisa divertida que me haga ver más flaco (jaja). ¿Mi elección?: una camisa Benetton;
esta marca es super “cool”, tiene entalle slim, es cómoda y fácil de combinar.
El beneficio: lucir y sentirte bien. La descubrí hace 20 años en un impactante anuncio de
revista; y luego en una tienda por departamento. Ahora sigo sus colecciones -y polémicas campañas- por
página web. Definitivamente, ¡una marca divertida! (4)
Benetton |
En realidad, el viaje de mis contactos con las marcas que me
resultan “cool” es bastante más amplio (de
eso me encargaré de contar en próximos artículos, inclusive podría hacerlo por
categoría de productos); pero lo que me queda claro es que marcan, de alguna
manera, un momento -aunque sea muy breve- agradable y pleno de significado.
Establezco una conexión fuerte con
ellas, realmente son importantes para una necesidad en particular y me siento
bien antes y después del beneficio que experimentó con sus atributos tangibles
e intangibles. La verdadera importancia de las marcas para el consumidor es
cuando hay una experiencia real de consumo. ¡Aquí recién empieza el viaje!
Coincido con Kevin Roberts cuando dice que son íntimas:
porque una marca “cool” no es abstracta, lejana, masiva, o algo que has visto
pasar en una publicidad. Es parte de ti; una autoexpresión de tu rutina, tu
estilo de vida y de lo que has dejado de elegir o consumir. Una marca “cool”
solo te pertenece a ti y, cual luciérnagas intermitentes, activan una aventura
llena de significados, emociones y experiencias todos los días. ¡Eso es cool!
Por César Ventura Pinedo
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