jueves, 24 de octubre de 2013

Jarana Zombie: Halloween Vs El Día de la Canción Criolla ¿Cuál mix nos seduce más?

¿Halloween o el Día de la canción criolla? ¿Cómo es? ¿A dónde nos vamos?. Son algunas de las preguntas que nos haremos el 31 de octubre porque el viernes es feriado, no trabajamos y es fin de semana largo. Con certeza este jueves ‘la hacemos sí o sí’ en algún local pero siempre nos queda la duda (año a año) ¿Qué fiesta celebramos? ¿Nos ponemos el disfraz o el poncho de lino? En mi caso lo tengo claro: apuesto siempre  por el Día de la Canción Criolla pero con bastante movimiento pélvico de por medio. (Asimismo me declaro un fanático de nuestra música criolla)
Halloween ha conquistado a los más jóvenes
Las  empresas se hacen la misma pregunta todos los años. A algunas les funciona de mejor manera la parafernalia de la Noche de Brujas y a  otros, invitar a celebrar a vaso lleno la jarana criolla. Lo cierto es que ambas fechas tiñen de fiesta el 31 de octubre y se han convertido en una especie de eventos ancla para incrementar las ventas de los servicios de entretenimiento a nivel nacional. Al igual que en el Día de la Madre, el Día del Padre, El Día de los enamorados, el Marketing está sacando partido de esta importante fecha para activar la demanda con elementos inmejorables a favor: el 1 de noviembre es feriado (Día de todos los Santos) y unas horas antes  todos corean ¡pagaron ya! (como el famoso eslogan de una campaña del BCP)
Hay que resaltar que Halloween y el Día de la Canción Criolla es para los restaurantes, hoteles, supermercados, discotecas y  bares una especie de pequeño y contundente carnaval festivo antes de fiestas de año. Ambas festividades representan eventos atractivos no solo para el nivel táctico de ventas; sino para activar valores que podrían aplicarlo las empresas de entretenimiento. Incluso se podría ir más allá: implementar una estrategia de marketing emocional tanto para productos y servicios como se explicará más adelante. El propio mercado ya hizo algunos trabajos de marketing para nosotros como el posicionamiento y segmentación de ambos eventos.

Posicionamiento y Segmentación
El  respetable ya decidió. Halloween está posicionado como una fiesta para niños, adolescentes y jóvenes; mientras que el Día de la Canción Criolla es una celebración para jóvenes adultos y Adultos mayores. Los niños salen a las calles a pedir dulces (gran negocio para las bodegas, pastelerías y supermercados) y  los adolescentes empiezan su tarde con cine y luego se saltan a la comida rápida (táctica: jalarnos con la clásica ambientación gótica de  por medio y las promociones deben seducir desde la entrada). Los jóvenes, previamente de haber decidido sus encuentros por Facebook, se lanzan a conquistar la noche en bares y discotecas, los centros de entretenimiento más recurridos de la noche. Acertada la decisión de ciertos empresarios de lanzar pinceladas acústicas, entre beats electrónicos, de nuestros insuperables y clásicos valses criollos. Otros se atreven a combinar ambas temáticas en un nuevo concepto: la jarana Zombie con orquestas, grupos criollos y Dj´s en vivo. 

Hay que impulsar la jarana como valor 
Y aquí viene lo bueno. Después de una ardua jornada laboral (o de haber acostado a los niños), les toca el turno a los jóvenes adultos y adultos (no tan jóvenes) que se lanzan a restaurantes y peñas a vibrar con la garganta desnuda todo el repertorio de nuestro acervo criollo. Fantástica la idea de restaurantes y peñas  de armar shows completos con números de marinera, festejo, música negra, la famosa “hora loca”, presentaciones de reconocidas voces criollas y hasta números cómicos de improvisación donde se involucra al público. La jarana deberá reinventarse aún más en los próximos años

La jarana criolla necesita su propia marca
Sin embargo, hemos notado, más allá del tema táctico de ventas, el Día de la Canción Criolla  (creada el 18 de octubre de 1944 por el Presidente Manuel Prado Ugarteche) tiene un gran potencial, al igual que el Día de la Madre o el Día del Padre, de convertirse en un evento con mucha carga emocional donde se pueden activar – exponencialmente- los valores de peruanidad, unión, cultura y  el amor por nuestra famosa herencia criolla que no solo está presente en la gastronomía, danza, música y literatura. También está en el ADN de varias marcas y productos nacionales. El Ministerio de Cultura y otros organismos gubernamentales deberían crear un plan para posicionar el Día de la Canción Criolla como un evento de  integración y orgullo nacional donde  manifestaríamos, sin los protocolos de Fiestas Patrias, nuestra identidad en todas sus dimensiones y colores. El plan estratégico abarcaría desarrollo de marca, posicionamiento, segmentación y una campaña promocional. Solo así podríamos opacar incluso al omnipresente Halloween que ya tiene una posición en la mente de los más jóvenes. Hay que animarlos a patear la calabaza y  sentir nuestras raíces en el poder de un cajón.
La campaña y los Insights emocionales
Excelente idea la de Pardos.
La otra solución podría venir del lado empresarial. Muchas marcas están desperdiciando el Día de la Canción Criolla como generador de insights emocionales para asociarse a la peruanidad y la tradición como elementos reivindicadores. Sería magnífico encontrar en la etiqueta de productos íconos de nuestra cultura (como Inca Kola y Cristal) una campaña que dijera ‘Orgullosos de celebrar contigo el Día de la canción criolla’. Igual podrían subirse al barco  los supermercados, retails, bancos y todo el marketing turístico a una campaña que arrancaría a mediados de octubre para posicionar de mejor manera estos valores de peruanidad.
No nos olvidemos que el objetivo de todo evento, según Kotler, es generar una experiencia. En el caso del Día de la Canción Criolla sería vivir la peruanidad de forma divertida pero asociándonos fuertemente a los valores de  integración y cultura. La mesa está servida. Todas las condiciones del  entorno se presentan favorables en cuanto a factores sociales, culturales, psicográficos y conductuales. Asimismo hay que seducir de una manera más espontánea y subliminal a los jóvenes y para eso hay que educarlos (desde pequeños) que el criollismo es parte de nuestra cultura viva, no ha pasado de moda,  es cool y genera experiencias divertidas.

Por César Ventura Pinedo.

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